Síndrome de muerte infantil súbita
(SMIS)
El
síndrome de muerte infantil súbita (SMIS), ocasionalmente llamado muerte de
cuna, es el deceso repentino de un lactante menor al año en donde la causa de
muerte permanece sin encontrarse aún después de una investigación detallada que
incluye una autopsia. El SMIS es la causa de muerte posneonatal principal en
Estados Unidos Alcanza un máximo entre los dos y tres
meses de edad y es más común entre bebés: afroestadounidenses e indios
americanos/nativos de Alaska, varones, nacidos pretérmino, y aquellos cuyas
madres son jóvenes y recibieron cuidados prenatales tardíos o que no recibieron
cuidado prenatal alguno.
Cerca
de 20% de las muertes por SMIS ocurren cuando el lactante se encuentra bajo el
cuidado de alguien distinto a los padres (AAP Taskforce on Sudden Infant Death
Syndrome, 2005) y 16.5% entre lactantes en guarderías. En ocasiones hay sospechas de violencia, debido a que a las familias que
han experimentado una muerte por SMIS suele volverles a ocurrir lo mismo en
algún embarazo posterior. Sin embargo, la mayoría de estas muertes tienen
causas naturales. Una
probable explicación es que las mujeres que han experimentado una muerte por
SMIS tienden a tener bebés de bajo peso al nacer, mismos que son especialmente
susceptibles al SMIS.
Lo
más probable es que el SMIS sea el resultado de una combinación de factores. Es
posible que algún defecto biológico subyacente haga que ciertos lactantes sean
vulnerables durante un periodo crítico a ciertas experiencias contribuyentes o
disparadoras, tales como la exposición prenatal al tabaco, un factor de riesgo
identificado. El defecto
subyacente puede ser una demora en la maduración de las redes neurales
responsables de activación durante el sueño en la presencia de condiciones
amenazantes para la vida una alteración en el mecanismo cerebral que regula la respiración o algún factor genético (Opdal y Rognum, 2004).
Existen
al menos seis mutaciones genéticas que afectan al corazón y que se relacionan
con casos de SMIS (Ackerman et al., 2001; Cronk et al., 2006; Tester et al.,
2006). Casi 10% de las víctimas presentan mutaciones o variaciones genéticas
asociadas con arritmias (ritmos cardiacos irregulares), según una encuesta de
201 muertes por SMIS en una sola cohorte en Noruega. Una variación genética que aparece en uno de cada nueve
afroestadounidenses puede ayudar a explicar la mayor incidencia de SMIS entre
bebés negros. Una pista
importante surgió después del descubrimiento de defectos en el tallo cerebral,
el cual regula la respiración, el latido del corazón, la temperatura corporal y
la alerta. Se realizaron autopsias a 31 bebés SMIS y a 10 bebés que murieron
por otras causas. Encontraron que los 31 bebés SMIS (pero ninguno de los demás
bebés) presentaban defectos en la capacidad de su cerebro para utilizar la
serotonina . Existe la posibilidad de que estos defectos
impidan que los bebés con SMIS que estén dormidos boca abajo o de lado se
despierten o volteen sus cabezas al respirar el aire contaminado con dióxido de
carbono atrapado en sus cobijas .
Incluso en el caso de bebés normales, dormir boca abajo inhibe el reflejo de
deglución, una protección natural contra el atragantamiento.
Las
investigaciones apoyan grandemente la relación entre el SMIS y dormir boca
abajo. Las tasas de SMIS disminuyeron 53% en Estados Unidos entre 1992 y 2001 y hasta 70% en algunos
otros países después de dar las recomendaciones de colocar a bebés sanos sobre
sus espaldas al momento de dormir.
Los
médicos recomiendan que los lactantes no duerman sobre superficies blandas,
como almohadas, edredones o pieles de borrego, o bajo ropa de cama suelta, en
especial cuando el lactante se encuentra boca abajo, ya que puede aumentar el
riesgo de sobrecalentamiento o respiración repetida (respiración de productos
exhalados). El riesgo de SMIS aumenta hasta en 20 veces cuando los lactantes
duermen en camas adultas, sofás o sillas, o en otras superficies no diseñadas
para bebés.Estudios asocian el uso de
chupones con un menor riesgo de SMIS . En
contraposición a informes de la población, los estudios no muestran conexión
alguna entre las vacunas y el SMIS.
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la cama con la madre es una práctica común en algunas culturas; su posible
papel en la prevención o promoción del SMIS ha sido polémica.
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